jueves, 8 de agosto de 2013

Amor


Soulmate...

No quiero llorar, pero todo el rato a punto de hacerlo. He conocido a alguien especial, a una persona que me está haciendo rozar el cielo y los puntitos brillantes de los que ya hace años que me he olvidado, no los veo. No sé si es por la contaminación lumínica esta de mierda, o porque mis ojos están demasiado acostumbrados a la oscuridad. En las profundidades de mi alma algo me comienza a doler, arde, me asusta.  ¿Qué coño me está pasando? De repente el frío que se hacía con mi corazón comienza a desaparecer, y el proceso duele como si mil agujas se me clavaran en el pecho y en la mismísima alma... Pero me da igual, absolutamente igual.

Nos acercamos varios centímetros cada segundo, y me aferro a esta cercanía como quien se aferra a la vida en una situación límite. Será porque estoy como en el borde de un precipicio. Me da risa imaginarte vestido de príncipe, con armadura, caballo y escudo y toda la parafarnalia, pero tampoco es tan descabellado. Soy una tonta.

Me gustaría contarte muchas cosas. Sobre mí, sobre nosotros, sobre todo lo que me ha llevado a ti y a este punto de la vida. Quizá quieras acompañarme en este relato. Querría que este momento fuera eterno, ojalá no se convierta en una canción triste, en algo odioso. Te he echado de menos todos los segundos de mi vida, cada pedacito de mí gritaba tu nombre a pleno pulmón. Ahora que estás aquí, siento que el mundo es más liviano, suave, aterciopelado. Tengo muchas dudas, pero siendo tú no me importa equivocarme. Los errores se cometen para aprender de ellos.

Nunca he sentido algo tan real...

- Gem

No hay comentarios:

Publicar un comentario